Conferencia de López Murphy en Fundación Carta Política el 13/09/2005 -"Buenos Aires, Régimen de Coparticipación y otras Transferencias Automáticas"
En nuestro proyecto de modernización con respeto del Estado de Derecho y de las libertades individuales, está presente la construcción de una sociedad con prosperidad y oportunidades para todos. El problema político más delicado que enfrenta la Argentina, el que está en el corazón de las decisiones de la Nación, es el de la distribución de sus recursos.
Ya en el siglo XIX, Alberdi afirmaba que el país necesitaba un delicado balance y que éste se alcanzaría a través de dos mecanismos: el sistema de división de poderes y el Federalismo. Sin duda Argentina era y es un país heterogéneo y gigantesco donde se hace necesaria la "convivencia en la diversidad".
El problema técnico de la distribución de los recursos es clave para muchos otros países, entre ellos Italia, dividida en zonas Norte y Sur; España (que enfrenta el conflicto de la autonomía, ilustrada por la presencia de una provincia rica, Cataluña, que no quiere hacerse cargo de la situación de provincias como Andalucía y Extremadura). Conflictos similares han enfrentado India, Brasil, Canadá, Australia. Justamente uno de los grandes logros de Fernando Henrique Cardozo ha sido haber encontrado una solución al problema del federalismo brasileño.
En el caso argentino, Alberdi pensó una solución al problema, que quedó plasmada en la Constitución histórica de 1853: las provincias se hacían cargo de algunos gastos y la Nación supletoriamente de otros. Luego la Constitución de 1994 estableció el uso de uno de los regímenes de distribución de recursos que el país debía tener.
El Presidente Kirchner ha renunciado a resolver el problema. El sistema político no ha podido dar una respuesta al Federalismo argentino. Se trata de establecer reglas parejas, de manera que se otorgue a los habitantes similares niveles de prestación. Habiendo asumido la Presidencia el 25 de Mayo de 2003, Kirchner ganó la elección con el apoyo de los organismos multilaterales: el Grupo de los Siete le otorgó un programa de ocho meses, rescatando y financiando al Gobierno. Sin duda los demás competidores por la Presidencia de la Nación nos vimos perjudicados por ese apoyo a Kirchner. Este Gobierno es producto del apoyo del Grupo de los Siete.
Kirchner dijo al principio de su mandato, al leer la Carta de Intención, que se comprometía a realizar una sola política estructural: cumplir la Constitución Nacional. También dijo que se focalizaría en solucionar el problema del federalismo y la distribución de los recursos. Pero en lo hechos este régimen ha demostrado todo lo contrario: ha manejado los recursos y la deuda sin respetar las normas. Se da por parte del Gobierno una gran arbitrariedad en el manejo de los fondos. Reestructuró la deuda con el Fondo Monetario Internacional, pero evitó reestructurar la deuda con las provincias. De esta manera ha venido condicionando la ayuda y transferencias a los Gobiernos provinciales, al apoyo de los gobernadores e intendentes a su gestión.
Nos preguntamos cuál sería una "solución racional" al problema objeto de esta exposición. Sin duda defender los intereses de la provincia de Buenos Aires, hoy gravosamente afectada, atenta contra la simpatía del resto de las provincias del país. Pero los Duhalde han sido una tragedia para la provincia de Buenos Aires, una provincia pobre, que tiene ingresos 20% inferiores al promedio de ingresos del país. Paradójicamente, la provincia más rica, la Arabia Saudita de este régimen es Santa Cruz, que tiene ingresos que son el 200% del ingreso nacional. Duhalde es expresión de lo más trágico y anacrónico de la Argentina. En este país ocurre lo opuesto de lo que se da en el resto de los países del mundo: aquí los pobres les transfieren a los ricos, las provincias pobres agrandan los ingresos de las provincias ricas.
Dirigentes de nuestra historia como Dardo Rocha, Bartolomé Mitre, Carlos Pellegrini, Roque Sáenz Peña, fueron Senadores Naciones por la Provincia de Buenos Aires. ¿Ustedes se imaginan a Chiche Duhalde integrando esa lista?
¿Cuál es la solución al problema de la distribución de los recursos? Los países del mundo aplican dos principios sencillos: la igualdad horizontal y la progresividad vertical. El primero consiste en que exista una misma canasta de tasas tributarias, bienes y servicios públicos a iguales niveles de gasto. Garantizar que al mismo nivel de tasas tributarias se otorgue el mismo nivel de servicios. De esta forma es fácil organizar el Estado Federal. Se trata de garantizar a los ciudadanos una canasta de bienes equivalentes. Hay más federalismo cuando hay más autonomía. Las provincias deben asumir la recaudación de impuestos como el impuesto al patrimonio, a los combustibles, y dejar una fracción menor a la Nación. Sin duda el federalismo se vería reforzado. Se cumpliría un poco más el principio básico de que "No hay contribución sin representación".
La masa de recursos que se coparticipa debe ser menor. En Argentina estamos en el extremo de que 2/3 de los recursos se coparticipa. Y si uno desea redistribuir recursos, no debe hacerse en contra de los intereses de los pobres.
Lo cierto es que en la Constitución de los Estados Unidos no hay un régimen de coparticipación, ni tampoco en la Constitución histórica de Alberdi.
La solución giraría en torno de reducir la fracción de recursos coparticipables, o bien establecer un régimen de coparticipación, pero jamás uno como el que nos rige. En el nuestro, mientras a la Provincia de Buenos Aires le corresponden $500, a la de Santa Cruz $3500. Y además, la abogada de los ricos se postula como Senadora de esa provincia pobre. Si votamos esa fórmula estamos enfermos.
Ni la fórmula de la Socialdemocracia ni la del Liberalismo nos llevarían al sistema que tenemos hoy en Argentina.
Hoy la clave de la campaña está en evitar el debate. Por eso Cristina de Kirchner no da la cara y tiene pánico a debatir. Ahora está exponiendo en New York. La clave está en que no haya luz sobre las tinieblas, que todo quede tapado. A ella y a la Señora de Duhalde no se les cae una idea en esta campaña. No hay ideas, no hay debates. Sí hay de parte de ellas una abrumadora cantidad de recursos.
Si gana la Senadora por Santa Cruz, a los bonaerenses nos esquilan.
La provincia de Buenos Aires posee el 40% de la población total del país, y recibe sólo el 22% de los recursos. El gran factor de inestabilidad es que se la vacíe. Se trata de la provincia más grande, que en el Senado pesa muy poco.
Lo que yo propongo es una provincia de Buenos Aires disciplinada, que sea tratada justamente y proveída de inversiones que mejoren la situación de sus escuelas, calles, industrias.
Si me preguntan qué régimen de coparticipación debe aplicarse, respondo que cualquiera de estos: cualquier sistema federal que exista en el resto de los países del mundo: Canadá. Estados Unidos, India, Brasil, México, Alemania. Cualquiera; o bien cualquier régimen de los que se establecen entre las provincias y los municipios. Incluso propongo elegir cualquiera de los que se aplicaron en la historia argentina, menos el de Cafiero, Duhalde o Alfonsín, que fueron las tres tragedias que fundieron a la provincia de Buenos Aires. Los tres tuvieron una inmensa responsabilidad en el desastre social, institucional y económico que ocurrió en el país.
Este sería el alegato de un abogado auténticamente bonaerense, en favor de la provincia de Buenos Aires.
Con el sistema vigente hemos generado monstruos: los Duhalde en la provincia de Buenos Aires, los Menem en La Rioja, Los Juárez en Santiago del Estero, los Kirchner en Santa Cruz.
Sin duda normalizando el problema político de la provincia de Buenos Aires, se estabiliza el país.
Ya en el siglo XIX, Alberdi afirmaba que el país necesitaba un delicado balance y que éste se alcanzaría a través de dos mecanismos: el sistema de división de poderes y el Federalismo. Sin duda Argentina era y es un país heterogéneo y gigantesco donde se hace necesaria la "convivencia en la diversidad".
El problema técnico de la distribución de los recursos es clave para muchos otros países, entre ellos Italia, dividida en zonas Norte y Sur; España (que enfrenta el conflicto de la autonomía, ilustrada por la presencia de una provincia rica, Cataluña, que no quiere hacerse cargo de la situación de provincias como Andalucía y Extremadura). Conflictos similares han enfrentado India, Brasil, Canadá, Australia. Justamente uno de los grandes logros de Fernando Henrique Cardozo ha sido haber encontrado una solución al problema del federalismo brasileño.
En el caso argentino, Alberdi pensó una solución al problema, que quedó plasmada en la Constitución histórica de 1853: las provincias se hacían cargo de algunos gastos y la Nación supletoriamente de otros. Luego la Constitución de 1994 estableció el uso de uno de los regímenes de distribución de recursos que el país debía tener.
El Presidente Kirchner ha renunciado a resolver el problema. El sistema político no ha podido dar una respuesta al Federalismo argentino. Se trata de establecer reglas parejas, de manera que se otorgue a los habitantes similares niveles de prestación. Habiendo asumido la Presidencia el 25 de Mayo de 2003, Kirchner ganó la elección con el apoyo de los organismos multilaterales: el Grupo de los Siete le otorgó un programa de ocho meses, rescatando y financiando al Gobierno. Sin duda los demás competidores por la Presidencia de la Nación nos vimos perjudicados por ese apoyo a Kirchner. Este Gobierno es producto del apoyo del Grupo de los Siete.
Kirchner dijo al principio de su mandato, al leer la Carta de Intención, que se comprometía a realizar una sola política estructural: cumplir la Constitución Nacional. También dijo que se focalizaría en solucionar el problema del federalismo y la distribución de los recursos. Pero en lo hechos este régimen ha demostrado todo lo contrario: ha manejado los recursos y la deuda sin respetar las normas. Se da por parte del Gobierno una gran arbitrariedad en el manejo de los fondos. Reestructuró la deuda con el Fondo Monetario Internacional, pero evitó reestructurar la deuda con las provincias. De esta manera ha venido condicionando la ayuda y transferencias a los Gobiernos provinciales, al apoyo de los gobernadores e intendentes a su gestión.
Nos preguntamos cuál sería una "solución racional" al problema objeto de esta exposición. Sin duda defender los intereses de la provincia de Buenos Aires, hoy gravosamente afectada, atenta contra la simpatía del resto de las provincias del país. Pero los Duhalde han sido una tragedia para la provincia de Buenos Aires, una provincia pobre, que tiene ingresos 20% inferiores al promedio de ingresos del país. Paradójicamente, la provincia más rica, la Arabia Saudita de este régimen es Santa Cruz, que tiene ingresos que son el 200% del ingreso nacional. Duhalde es expresión de lo más trágico y anacrónico de la Argentina. En este país ocurre lo opuesto de lo que se da en el resto de los países del mundo: aquí los pobres les transfieren a los ricos, las provincias pobres agrandan los ingresos de las provincias ricas.
Dirigentes de nuestra historia como Dardo Rocha, Bartolomé Mitre, Carlos Pellegrini, Roque Sáenz Peña, fueron Senadores Naciones por la Provincia de Buenos Aires. ¿Ustedes se imaginan a Chiche Duhalde integrando esa lista?
¿Cuál es la solución al problema de la distribución de los recursos? Los países del mundo aplican dos principios sencillos: la igualdad horizontal y la progresividad vertical. El primero consiste en que exista una misma canasta de tasas tributarias, bienes y servicios públicos a iguales niveles de gasto. Garantizar que al mismo nivel de tasas tributarias se otorgue el mismo nivel de servicios. De esta forma es fácil organizar el Estado Federal. Se trata de garantizar a los ciudadanos una canasta de bienes equivalentes. Hay más federalismo cuando hay más autonomía. Las provincias deben asumir la recaudación de impuestos como el impuesto al patrimonio, a los combustibles, y dejar una fracción menor a la Nación. Sin duda el federalismo se vería reforzado. Se cumpliría un poco más el principio básico de que "No hay contribución sin representación".
La masa de recursos que se coparticipa debe ser menor. En Argentina estamos en el extremo de que 2/3 de los recursos se coparticipa. Y si uno desea redistribuir recursos, no debe hacerse en contra de los intereses de los pobres.
Lo cierto es que en la Constitución de los Estados Unidos no hay un régimen de coparticipación, ni tampoco en la Constitución histórica de Alberdi.
La solución giraría en torno de reducir la fracción de recursos coparticipables, o bien establecer un régimen de coparticipación, pero jamás uno como el que nos rige. En el nuestro, mientras a la Provincia de Buenos Aires le corresponden $500, a la de Santa Cruz $3500. Y además, la abogada de los ricos se postula como Senadora de esa provincia pobre. Si votamos esa fórmula estamos enfermos.
Ni la fórmula de la Socialdemocracia ni la del Liberalismo nos llevarían al sistema que tenemos hoy en Argentina.
Hoy la clave de la campaña está en evitar el debate. Por eso Cristina de Kirchner no da la cara y tiene pánico a debatir. Ahora está exponiendo en New York. La clave está en que no haya luz sobre las tinieblas, que todo quede tapado. A ella y a la Señora de Duhalde no se les cae una idea en esta campaña. No hay ideas, no hay debates. Sí hay de parte de ellas una abrumadora cantidad de recursos.
Si gana la Senadora por Santa Cruz, a los bonaerenses nos esquilan.
La provincia de Buenos Aires posee el 40% de la población total del país, y recibe sólo el 22% de los recursos. El gran factor de inestabilidad es que se la vacíe. Se trata de la provincia más grande, que en el Senado pesa muy poco.
Lo que yo propongo es una provincia de Buenos Aires disciplinada, que sea tratada justamente y proveída de inversiones que mejoren la situación de sus escuelas, calles, industrias.
Si me preguntan qué régimen de coparticipación debe aplicarse, respondo que cualquiera de estos: cualquier sistema federal que exista en el resto de los países del mundo: Canadá. Estados Unidos, India, Brasil, México, Alemania. Cualquiera; o bien cualquier régimen de los que se establecen entre las provincias y los municipios. Incluso propongo elegir cualquiera de los que se aplicaron en la historia argentina, menos el de Cafiero, Duhalde o Alfonsín, que fueron las tres tragedias que fundieron a la provincia de Buenos Aires. Los tres tuvieron una inmensa responsabilidad en el desastre social, institucional y económico que ocurrió en el país.
Este sería el alegato de un abogado auténticamente bonaerense, en favor de la provincia de Buenos Aires.
Con el sistema vigente hemos generado monstruos: los Duhalde en la provincia de Buenos Aires, los Menem en La Rioja, Los Juárez en Santiago del Estero, los Kirchner en Santa Cruz.
Sin duda normalizando el problema político de la provincia de Buenos Aires, se estabiliza el país.
posted by Fabricio. at
9:11 p. m.
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